
La hernioplastia inguinal por laparoscopía es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo diseñado para reparar hernias en la región inguinal, es decir, en la parte baja del abdomen. Esta técnica se ha consolidado como una de las más efectivas y seguras para tratar esta afección, que suele manifestarse como un bulto doloroso que aparece al toser, levantar peso o hacer esfuerzo físico.
Las hernias inguinales ocurren cuando una porción del intestino o tejido graso sobresale a través de una zona débil en la pared abdominal. Aunque en muchos casos pueden no causar síntomas severos al inicio, con el tiempo pueden generar molestias crónicas, dolor e incluso complicaciones graves como la incarceración o estrangulación del tejido herniado, lo que convierte a la cirugía en una solución necesaria.
La técnica laparoscópica permite realizar la reparación de la hernia mediante pequeñas incisiones, utilizando una cámara y herramientas especializadas para colocar una malla que refuerza la pared abdominal y previene futuras recurrencias. Este enfoque ofrece numerosas ventajas frente a la cirugía abierta: menor dolor postoperatorio, menor riesgo de infección, cicatrices pequeñas y una recuperación más rápida, permitiendo al paciente volver a su rutina en menos tiempo.